miércoles, 16 de abril de 2025

TÍTULO: “DANZA FINAL” FECHA:04/12/2024.

 TÍTULO: “DANZA FINAL”       FECHA:04/12/2024.

(de mi autoria)



En mi taller, el tiempo se detiene. 

Las agujas del reloj parecen bailar al ritmo de mis dedos que entrelazan hilos de colores vibrantes.

 Mis tejidos son más que simples piezas de lana, son fragmentos de mi alma, emociones atrapadas en cada puntada.

 A mi lado, mis libros se alinean como soldados, cada uno con una historia que contar.

 Sus páginas amarillentas son mapas que me llevan a mundos lejanos, donde la imaginación no tiene límites. 

 Mis plantas se yerguen orgullosas, guardianas silenciosas de mis secretos. 

Son un recordatorio de que la vida, como ellas, florece y se renueva constantemente. 

Recuerdo las tardes que pasaba con mi abuela Hilda, sentada en su sillón de mimbre, mientras me enseñaba los secretos del tejido.

 Sus manos, llenas de callos y arrugas, eran una fuente de sabiduría y paciencia. 

Con cada puntada, me transmitió no sólo una técnica, sino también el amor por la creación y la importancia de conectar con nuestras raíces.

En cada puntada, siento la calidez de las tardes que pasaba con mi abuela. 

Sus palabras, como hilos de seda, tejieron en mi corazón un amor profundo por cada creación.

 Ahora, con cada proyecto terminado, siento que estoy honrando su legado, manteniendo viva una tradición que nos une a través del tiempo.

A través de mis tejidos, busco conectar con algo más grande que yo. 

fui creando piezas que inspiren a otros y que les recuerden la belleza y la fragilidad de la vida.

Las paredes de mi taller están adornadas con mis tejidos. 

Cada rincón cuenta una historia, cada objeto guarda un recuerdo. 

Es mi santuario, mi refugio, mi lugar en el mundo.

Mis tejidos son como cartas que escribo al futuro, mensajes de amor, esperanza y creatividad.

 Quiero que mis creaciones perduren y que inspiren a otros a encontrar la belleza en las cosas simples.

 Imagino que una de mis mantas envuelve a un niño en una noche fría, brindándole el mismo calor y confort que yo sentí cuando era pequeña.

 O que uno de mis chales es usado por una desconocida en una ocasión especial, recordando la importancia de la artesanía y la conexión humana.

Cada punto es un beso tejido con hilos de amor y nostalgia.

 Al tejer, siento la calidez de los abrazos de mis hijos, el sonido de sus risas y el brillo de sus ojos. 

En cada pieza, dejo una parte de mi alma, un pedacito de los momentos que hemos compartido juntos.

 Quiero que mis hijos y mi esposo sientan ese amor cada vez que tomen una de mis creaciones. 

Que sepan que el día que no esté  físicamente presente, mi espíritu seguirá acompañándolos en cada abrazo que se den bajo una de mis mantas.

Espero que mis creaciones los acompañen en sus vidas, les brindan consuelo en los momentos difíciles y alegría en los buenos. 

Quiero que sepan que mi amor por ellos es eterno y que vivirá en cada uno de mis tejidos.

  Estas piezas serán un abrazo cálido que los envuelva siempre.

Cada vez que vean una de mis creaciones, quiero que recuerden los momentos que hemos compartido juntos. 

Los paseos en familia, las conversaciones profundas, las risas y las lágrimas.

 Estos recuerdos son mi mayor tesoro y que los llevaré conmigo siempre.

 Que mis tejidos sean un puente que nos conecte a través del tiempo y el espacio.

Quiero que mis tejidos sean como un faro, guiándonos siempre hacia el camino correcto.

 Que cada punto sea una semilla de esperanza que germine en sus corazones y los inspire a seguir adelante.

 Me gustaría que mis tejidos sean compartidos con quienes más lo necesitan, para brindarles un poco de calor y alegría.

Y en mi cuaderno, tengo historias que esperan ser contadas, esperando que encuentren un hogar en los corazones de quienes las lean. 

Anhelo que mis palabras establezcan un puente entre mi alma y la de otros, creando conexiones que perduren en el tiempo.

Gracias de antemano a quienes se aventuran a leer mis historias.

Espero que mis historias sean como semillas que inspiren a otros a contar sus propias historias,a cultivar sus jardines interiores y a compartir los frutos de su imaginación con el mundo.

Mis dedos, cansados pero llenos de satisfacción, dejan caer la última puntada.

 Observo mi creación con una mezcla de orgullo y nostalgia.

 En este tejido he plasmado no solo mis habilidades, sino también mi alma, mis sueños y mis recuerdos.

 Es un legado que quiero dejar a mis seres queridos, un puente que nos conecta a través del tiempo y el espacio.

 Y aunque mis manos envejezcan y mis ojos se cansen, el amor por el tejido seguirá latiendo en mi corazón, inspirando a otros a crear y a soñar.

Mis hilos se despiden, pero la vida sigue tejiendo.

 Mis hijos y mi esposo continuarán creando sus propias historias, y mi jardín florecerá con nuevos brotes.

 La vida es un ciclo eterno, y yo soy solo un hilo más en este gran tapiz.

He vivido una vida plena, llena de amor, de creación y de aprendizajes.

Cada día ha sido un regalo, y cada momento, una bendición. 

Sé que he dejado mi huella en el corazón de quienes amo.

El día que me vaya de este mundo ,me iré en paz, sabiendo que he dado lo mejor de mí. 

Que la vida continúe su curso, y que cada uno de ustedes encuentre su propia felicidad.

Agradezco a cada persona que ha cruzado mi camino, por las lecciones aprendidas, por el amor compartido y por los momentos inolvidables.

Así, en esta mañana gris, entre letras y recuerdos, he tejido estas palabras. 

La vida, como un jardín, requiere de cuidados constantes.

 Y yo, con el corazón lleno de esperanza, seguiré regando mis sueños, plantando flores en mi alma y tejiendo nuevos capítulos junto a mi familia.

Aunque hoy el sol se esconda tras las nubes, sé que mañana volverá a brillar.

 Yo, con la misma pasión de siempre, seguiré escribiendo, plantando y viviendo. 

Porque la vida, como un buen libro, siempre tiene una nueva página por escribir.

Y así, entre letras y recuerdos, encuentro la fuerza para seguir escribiendo. 

Porque la vida, con sus alegrías y tristezas, es un lienzo en blanco esperando ser pintado.

Así termina, por ahora, esta pequeña historia. 

La vida continúa, y con ella, mi deseo de seguir creando.

Así que, con papel y lápiz en mano, saldré a buscar nuevos amaneceres, nuevas aventuras y nuevas historias que contar.                            FIN.

Autora: Virginia Paula Veira.





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