sábado, 16 de marzo de 2024

TITULO:" Más que una Prenda, una Historia"

 "El Tesoro del Mercado de las Pulgas de París":

  El aire colgaba pesado con el aroma de libros viejos, pan fresco y un toque de lluvia mientras Alma deambulaba por el bullicioso mercado de las pulgas parisino. 

  Pasó rozando puestos repletos de baratijas y ropa vintage, con la mirada fija en un tesoro escondido.

  Un destello de color captó su atención. Escondido en un rincón olvidado, entre marcos de fotos polvorientos y muñequitas de porcelana descascarilladas, había un perchero con ropa olvidada.   Allí, colgando sin vida en una percha de madera desgastada, había una blusa como ninguna otra que Alma hubiera visto jamás.

  Era una explosión de color, un caleidoscopio de azules, verdes y amarillos arremolinados.

   La tela, una seda suave, se sentía fresca y delicada contra sus yemas de los dedos. 

  Pero fue el bordado lo que realmente le robó el aliento. Delicadas flores, cosidas con hilos de oro brillante, florecían en los hombros y alrededor de las mangas.

  Alma supo en un instante que esa blusa era algo especial. 

  No era solo una prenda de vestir; era una historia esperando ser contada.

   Imaginó a la mujer que la había usado alguna vez, una mujer con amor por la vida y un espíritu tan brillante como los colores mismos.

  La vendedora, una anciana arrugada con ojos que guardaban los secretos de miles de historias olvidadas, le explicó que la blusa era muy probable de la década de 1920. 

  "Perteneció a una famosa socialité parisina", graznó, su voz ronca por la edad. 

  "Una mujer que bailaba toda la noche y le encantaba llenar su vida de belleza".

  Alma envolvió cuidadosamente la blusa en papel de seda, un tesoro secreto que había desenterrado del pasado. 

  Sabía que nunca podría usarla para una gala de la alta sociedad, pero eso no importaba.

   La blusa era un recordatorio para abrazar la belleza de la vida, un recordatorio de las historias escondidas en todas partes, esperando ser encontradas.

  Cuando Alma se ponía la blusa, sentía una conexión con la mujer que la había tenido antes que ella. 

  Sentía una alegría y un entusiasmo por la vida que parecía emanar de la tela misma. 

  Era un recordatorio de que incluso los tesoros más pequeños pueden albergar las historias más grandiosas.





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